¿Existe alguna manera de poder encontrar tu propio lugar, cuando simplemente parece que el mundo no lo tiene para ti?
Es una pregunta constante que me he hecho desde niño. Me costaba mucho trabajo ver cómo mi madre se partía el lomo siendo una sencilla obrera, hablando que alguna vez tocó la gloria y que después cayó al mismo infierno o eso pensé, y yo no le ayudé mucho siendo sincero, me gustaba meterme en problemas, peleas, malas amistades, odiaba a mis profesores, siempre jodiendo que mis calificaciones eran pésimas, el director diciendo que terminaría siendo un vándalo o muerto, que no tenía otro camino, quizá tenía razón...
Desde que recuerdo, viví con mi madre y mi abuela, en una casa hipotecada en la Ciudad de Ruan, siempre con el dinero justo para comida, para algún capricho tenía que buscar la manera de obtenerlo. A los 12 conocí lo que yo creía que era mi mejor amigo, con él, las apuestas, tenía suerte para ello y él decía que yo era su amuleto porque ganábamos la mayoría de las veces, gracias a ello, el dinero no faltaba en casa, aunque la abuela me preguntaba de dónde lo sacaba, yo le decía que era porque tenía un trabajo de medio tiempo... Si claro.

Las apuestas comenzaron a llamar mi atención, la escuela no tanto, la terminé seguramente por las oraciones de mi abuela, porque mi madre estaba ocupada en el trabajo (Y no, no se lo reprocho), pero lo que sin duda ganó mis esfuerzos fue la fotografía, había ganado una cámara recién entré al grupo que comandaba "Paris" porque presté dinero y me pagaron con eso, me gustaba y yo sabía que era bueno, entonces pensé que podría compensarle a mi madre un poco de todo su esfuerzo, siendo al menos alguien con un título de lo que fuera, pero título al fin ¿no? Con un papel que avalaba "ser alguien en la vida" entonces sí, me dediqué ferozmente a ganar dinero, no importaba si apostaba en carreras, peleas, todo clandestino, a veces ganaba mucho, otras perdía, incluso llegué obtener golpes, pero eran cosas que con un poco de hielo y antiinflamatorios se pasaba rápido, me dolía no voy a negar, que a mi abuela siempre la tenía con el alma en vilo, pero nunca, nunca iba a permitir que ellas sufrieran más penas, cuando mamá llegaba a casa, yo masajeaba sus hinchados pies, me esforzaba por ser un buen hijo, pero lo arruinaba cuando me buscaban por las madrugadas.

Encontré un trabajo, tenía unos 19 años, una amiga tenía una pequeña revista, nada profesional, era de música que francamente nadie conocía, pero me pagaba por cubrir esos eventos, le ayudaba con la edición, me encantaba en verdad poder capturar imágenes, momentos, eso me hacía feliz, mi sueño, viajar a Paris, comprarle una casa hermosa y grande a mis madres, pero el sueño se terminó cuando cumplí 22... A mamá le detectaron una enfermedad que destrozó sus pulmones debido a los químicos de la fábrica, su salud comenzó a deteriorarse y yo, yo un día quise despertarla y ella no volvió a abrir sus ojos. Lloré lo que nunca, eso me dejó jodido, pero la abuela se encargó de revelar los secretos que ella se llevó a la tumba, yo tenía un padre, uno que ella me había dicho que había muerto incluso desde antes de nacer, para luego enterarme que él simplemente se marchó con otra y lo odié, juro que nunca había sentido nada por ese señor hasta ese entonces, me abandonó y dejó que mi madre muriera, para mí, él era el culpable.
Mi abuela se encargó de decirme su nombre, pero si yo había estado lejos de él, ¿Para qué lo necesitaba ahora? Unos años más no hicieron la diferencia, hasta que me metí en verdaderos problemas... Aposté demasiado, conseguí entrar a una carrera de caballos, pero en los que creí perdieron, no pude pagar, comenzaron amenazas, iban a cobrarme cada centavo con sus intereses y no me quedó más que huir, solo hasta entonces recordé al gran señor Enzo Bianchi", no quería saber nada de él como padre, pero si tenía el dinero que mi abuela dijo, sería como quitarle pelo a un gato, ese fue el plan, el que me llevó a una intensa búsqueda sabía que se encontraba en St. Petersburgo y sería yo, quien cobraría su falta.

— Lleva en el cuello el tatuaje de una ave en recuerdo de su madre.

— Tiene pavor a los lugares muy pequeños.

— Fue él quien encontró a su madre sin vida, desde entonces se hizo adicto a las pastillas para dormir.

— Amante del cine de culto, de La película Lo que el viento se llevó y de Casablanca. De escuchar ópera y música clásica y obviamente de la fotografía.

— Usa lentes, pero poco o nada suele ponerselos

—Tiene ludopatía

— Extraña a su madre y cada que puede deja en su tumba un ramo de girasoles en el  cumpleaños de alguno de los dos